De una Sesión de Preguntas y Respuestas en directo de las clases de Kitaab at-Tawhid por Moosaa Richardson (ustadh Abul ‘Abbaas). Transcrito por Saadiq Owodunni, y modificado por Moosaa Richardson. Traducido al castellano por Juwairiyyāh Bint Bellahouel.
Hemos visto durante años a gente criticando a gente como el Shaykh Rabi' ibn Hadi al-Madkhali (que Allah le preserve), con respecto a la afirmación de que él no está en el camino de los primeros críticos de los Salaf - de la talla de los Imaams Ahmad ibn Hanbal y Yahyaa ibn Ma'in. (Así como) lo que dicen: "Su 'insensatez' de alabar pródigamente a la gente y luego abandonarla le ha excluido de parecerse a los críticos de antaño, y eso demuestra que es 'inestable' y que sus declaraciones al criticar a la gente 'no son fiables'."
Empecemos por entender algo en este asunto para no pasar y repetir como loros cosas sin entenderlas.
La verdadera crítica académica en el Islam.
En la crítica académica en el Islam -tal como la entienden los eruditos del Jarh wa Ta’deel a lo largo de la historia (النقد العلمي) [Crítica académica]- nadie está -más allá- de la crítica, nadie es inmune a la crítica, salvo aquellos que han obtenido inmunidad de Allah, es decir, que han sido alabados en el Qur’an y han sido santificados por el Libro de Allah o por la revelación dada a Muhammad (صلى الله عليه وسلم), es decir, su Sunnah. Aparte de esto; los narradores, los maestros, los llamadores (da’ee), los propios eruditos… todos ellos están sujetos a crítica. Así como uno de los más grandes eruditos, al-Imaam Maalik, es tan comúnmente citado diciendo:
مَا مِنَّا إِلاَّ رَادٌّ وَمَرْدُودٌ عَلَيْهِ
Es decir: Cada uno de nosotros (y cada erudito) está criticando / refutando, o siendo criticado / refutado.
Este es el caso de los eruditos, y, por supuesto, cada escritor y cada persona que llama está sujeta a la crítica. La crítica de los eruditos del Islam es continua, es mutajaddid [continuamente actualizada], se renueva, y se revisa, en cada ocasión posible.
Ninguno de los críticos del Islam había estado de acuerdo con el principio de que -creo que se entiende de este interrogador/reclamador u otros que tienen un discurso parecido a este- que “una persona que ha sido alabada (pródigamente especialmente), que entonces ahora es inmune a la crítica”, y decir que alguien debe ser abandonado o que es débil (en su fiabilidad) y que no debe ser tomado en cuenta, después de haberlo elogiado profusamente “es una especie de auto-contradicción y es prueba de inestabilidad y falta de firmeza, o falta de fiabilidad, en el ámbito de la crítica académica.” Nunca ha entendido esto nadie.
Está todo el asunto de los narradores en el Islam que se desviaron, narradores en el Islam que se volvieron poco fiables y pobres de memoria en su vejez, narradores cuyas condiciones cambiaron, y los imaams de la crítica que los llamaron thiqah (confiables-dignos de confianza) antes de que su situación cambiara no tuvieron ningún problema nunca y no tenían tampoco nada que les impidiera decir o "dha'eef" (no fiable), o que se deja abandonado, o que no es nada (لا شيء) o que es un mentiroso (كذاب) si la situación requería esas palabras, y nadie creyó que eso sería autocontradictorio, nadie creyó que eso fuera tanaaqudh (contradicción). Nadie creyó que sería una prueba de la inestabilidad del crítico.
Por el contrario, lo entendieron como una indicación de la sinceridad del crítico y de que el crítico está en el camino correcto de la crítica – que renueva su crítica y que la modifica basándose en la situación ACTUAL o en el camino tomado por el que está siendo criticado.
Crítica revisada - Ejemplo nº 1
Así, por ejemplo, el imam 'Abdur-Razzaaq ibn Hammaam as-Sa'aanee, el imam de Yemen de su época al que acudían los imames como Ahmad ibn Hanbal y Yahyaa ibn Ma'een, así como otros grandes eruditos del Hadith, ellos acudían a él para obtener su hadith,
Luego, alrededor del año 200 (después de la Hijrah), se quedó ciego y sus narraciones se volvieron muy débiles (da’if- es decir, poco fiables). Hacía que le leyeran los libros que había escrito antes de quedarse ciego, y permitía que le leyeran errores (sin objetar), permitía que le leyeran hadices que no eran de su libro, y yulaqqan (estaba de acuerdo y transmitía todo como si fuera correcto). Ya no era capaz de distinguir sus hadices de los de los demás. Ya no era capaz de distinguir las narraciones correctas de sus propios hadices de los errores añadidos a sus libros, y así sucesivamente.
Así que, después de eso, los mismos eruditos que viajarían - con muy pocas provisiones e incluso quedándose sin provisiones en el camino, como hemos oído de esas historias de Yahyaa ibn Ma'een y Ahmed ibn Hanbal en el camino quedándose sin provisiones y encontrándose con situaciones cercanas a la muerte para llegar a este imaam - luego dirían sobre él: "laa shay'" (No es nadie/sin valor).
Imaam Ahmad dijo de él después del año 200:
"Sus narraciones son لا شيء" (sin valor, lit. Nadie).
Y el Imaam Ahmad nunca pensó que el decir "nadie" después de decir "thiqah" e "imaam", sería algún signo de inestabilidad. Nadie le reprochó eso en la historia del Islam.
Crítica Revisitada – Ejemplo #2
‘Abdul-Maalik ibn Abee Sulaymaan al-‘Arnazee – Shu’bah lo consideraba -digno de confianza-fisble. Shu’bah ibn al-Hayyay, uno de los críticos de narradores más hábiles de la historia, se sorprendió de su precisión. Y cuando una narración -¡una narración! – vino de él (el hadith de ash-Shuf’ah) – cuando escuchó este hadith, comprendió que este hadith era un error, y dijo:
«Si ‘Abdul-Malik narra otro hadiz como este, lo abandonaré», es decir: Lo abandonaré, no narraré más nada de él, no merece que se narre de él si comete otro error como éste.
Y, al final, terminó abandonándolo.
Y ése era Shu'bah ibn al-Hayyaj a quien consideraba fiable ayer; pero hoy: abandonado. ¿Por qué? Porque consideraba que la situación así lo requería. Su evaluación de ese narrador -debiendo ser tomado o no- era mutajaddid (revisada continuamente). Se renovaba, se actualizaba. Era algo que se miraba y se revisaba.
Y no tenía ningún problema en dar el veredicto contrario al que solía dar ya que la situación lo requería así. Y nadie culpó a Shu'bah por ello.
Crítica revisitada – Ejemplo nº 3
Del mismo modo, los libros de biografías y críticas de narradores están llenos de este tipo de casos. Donde el Imaam Yahyaa ibn Ma’een que, debido a su precisión en su crítica, el alcance de su crítica – cada letra estaría bajo el microscopio si estuvieras leyendole un hadith a Yahyaa ibn Ma’een—. La gente lo sabía y le temía, así que cuando le narraban algo, lo hacían con mucho cuidado. Le narraban lo mejor que podían. Esto llevó a una situación en la que -debido a su reputación de ser un crítico tan preciso- se encontraban narradores que normalmente no eran fiables, que sólo narraban las mejores y más precisas narraciones en su presencia, y, por lo tanto, basándose en esto, el Imam Yahyaa ibn Ma’een los llamaba «thiqah». Y luego, más tarde, a veces descubría -ya sea a través de sus compañeros o visitando a ese mismo narrador años más tarde- que en realidad es dha’eef y decía que era: «dha’eef» (poco fiable). Y no entendió la idea (*ese principio del que hablamos al comienzo) de que era “inestable” en su crítica, como tampoco lo entendió nadie de la historia de los eruditos del Islam. Nadie entendió nunca que (si hacía esto) se contradecía a sí mismo o que era inestable como crítico. Más bien, entendieron que su crítica era continua.
Un ejemplo de esto sería Aboo Hudbah Ibraaheem ibn Hudbah, Yahyaa ibn Ma’een lo llamó «thiqah» (confiable), hasta que descubrió más tarde que no era honesto, por lo que cambió su postura basándose en lo que aprendió sobre él, y ¡no teniendo ningún problema en llamarlo a partir de entonces : kath-thaab khabeeth (un sucio mentiroso)!
Crítica revisada - Ejemplo nº 4
Del mismo modo, observa este caso, un ejemplo que puede resultar chocante para algunos: Ahmad ibn Hanbal y Yahyaa ibn Ma'een. ¿Y qué fue lo que dijo Ahmad ibn Hanbal sobre Yahyaa ibn Ma'een después de que tomara la excusa durante las pruebas de aquellas personas que estaban forzando a la ummah a decir que el Qur’an había sido creado?, (que Allah nos conceda refugio).
Cuando llegó el momento en que los últimos 'ulamaa' se aferraban la 'aqida correcta, el Imam Ahmad no consideró permisible que ese último grupo de eruditos cediera a la excusa de la coacción. Debían permanecer firmes y enfrentarse a lo que fuera por el bien de defender la 'aqidah correcta. No puede ser que toda la ummah pierda la 'aqidah solo porque algunos individuos acepten la excusa de la coacción, hasta que no quede nada de la 'aqidah. Más bien, como fardh kifaa'i (una "obligación de la comunidad"), algunas personas debieron haber sostenido la 'aqidah correcta y eso es lo que él [el Imam Ahmad] sostuvo y nunca cedió.
Pero Yahyaa ibn Ma'in cedió y tomó la excusa, y tiene su excusa del Libro de Allah, y nadie lo culpa, y todos hacen tarahhum - ¡Oh Allah! Ten piedad de Yahyaa ibn Ma'een.- Y nadie lo culpa ni lo critica por tomar la excusa de la coacción. Ahmad ibn Hanbal estaba frustrado y esperaba algo mejor de él, siendo que era de lo mejor de la ummah. Ahmad ibn Hanbal dijo de él después de eso «لا يكتب حديثه» (sus hadices no deben escribirse) lo que significa: ahora debe ser abandonado en el hadiz. Después de haber registrado un millón de hadices – ¡un millón de hadices! Después de que el Imaam Ahmad dijera: «هذا رجل خلق الله لهذا شأن» (Este es un hombre que Allah ha creado para este campo).
Y dijo de él: «السماع منه شفاء لما في الصدور» (Escuchar el hadiz de Yahyaa ibn Ma’een es una cura para lo que aqueja a los pechos). Estas fueron sus abundantes alabanzas a Yahyaa ibn Ma’een. El compañero que elegía para sus viajes -el que decía cuando viajaba sin él: «Ojalá Yahyaa estuviera aquí- conoce los errores ocultos en las narraciones. Anhelaba su compañía.
Y después de esa fitnah, su postura hacia él se renovó. Nunca pensó que Yahyaa ibn Ma’een fuera inmune a las críticas porque lo había elogiado profusamente. Nunca consideró que ahora sus críticas y advertencias contra Yahyaa ibn Ma’een serían consideradas como «inestabilidad» o «autocontradicción». Más bien, sus críticas hacia él eran continuas. Aunque este caso de aquí es un ejemplo de una jarh (una crítica) que no se acepta en realidad, considerándolo todo; es un ejemplo de cómo no consideraban a nadie inmune y nadie dijo de Ahmad ibn Hanbal: «¡Mirad a este hombre! Ayer Yahyaa ibn Ma’een es el imaam del hadiz», ayer, «¡Oh! me gustaría estar con Yahyaa», ayer, «Si escucho un hadiz de él es como una cura para lo que aqueja al corazón». Y ahora hoy, «¡Abandonado, abandonado!» – «¿Qué clase de tontería es ésta?» Nadie en la historia del Islam ha dicho eso de Ahmad ibn Hanbal. Utiliza tu intelecto y deja de repetir afirmaciones imprudentemente. Piensa y reflexiona. Mira los qawaa’id (los principios), los dhawaabit (las directrices) comprendidos por los críticos del Islam a lo largo de la historia.
Y no digas cosas por tu boca que simplemente repites como un loro de estupidos sitios web que son sólo gente charlando – estudiantes de conocimiento que se fallaron a sí mismos, y fallaron a su ummah, condenados a esconderse detrás de identidades falsas de Internet por el resto de sus vidas, condenados a escribir bajo nombres de pantalla en foros de calumnias desvergonzadas, vertiendo el rencor y la maldad que hay en sus corazones adormecidos contra Ahlus-Sunnah, los imaams de Ahlus-Sunnah, los eruditos, los estudiantes de los eruditos y los que llaman a su camino.
Se pasan la vida charlando, calumniando, atacando, tratando de encontrar cualquier vía posible para desacreditarlos. Si entrases en esas páginas web, entenderías con seguridad que se trata de una especie de principio establecido: «Mira esta autocontradicción del Shaykh Rabi’, mira cómo es de inestable», etcétera.
Pero pongamos cada cosa en su lugar: Los críticos del Islam tienen sus directrices y sus principios, y su crítica es : continua. No saben nada acerca de vuestro principio inventado de que «Alguien que ha sido alabado generosamente no puede ser abandonado/dejado caer», o, «Alguien que ha sido alabado no puede ser criticado o advertido», etcétera.
Nadie ha oído hablar de este principio.
Aplicad este Principio Innovador a vosotros mismos.
Con lo cual, guardaos este “”principio”” para vosotros mismos -aquellos de vosotros que solíais alabar al Shaykh Rabi’ Al-madkhali y ahora seguís este cotilleo y esta estúpida charla que sale de las ciber-perreras de internet-.
Aplicad esto a vosotros mismos que solíais hablar bien de los ‘Allāmaah’ y ahora estáis en esas estúpidas páginas web bajo nombres de pantalla charlando, culpándoles por no seguir los principios que vosotros inventasteis, culpando a gente como el Shaykh Rabi’ ibn Hadi al-Madkhali – que Allah le preserve y le conceda seguridad y protección de la estupidez de gente como vosotros.
Culpaos a vosotros mismos. Y aplicaos vuestro propio principio a vosotros mismos. El principio que NADIE DE ESTA UMMAH quiere, excepto vosotros – que una vez que alabáis a alguien con prodigalidad y una vez que hacéis declaraciones a favor de alguien, contradecirlo y advertir contra él es «inestabilidad» e «insensatez».
¡Gobernad sobre vosotros mismos con inestabilidad! ¡Gobernad sobre vosotros mismos con autocontradicción e insensatez! Y guardad vuestros principios para vosotros mismos, ¡y no intentéis aplicarlos a personas que nunca han estado de acuerdo con ellos, nunca han oído hablar de ellos, y no tienen ningún interés en ellos!
Y Allah sabe más.
descargar PDF en Telegram t.me/perlasdelossalaf.
https://www.bakkah.net/en/regarding-claimed-contradictions-shaykh-rabee-al-madkhalee-jarh-tadeel.htm
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